domingo, 14 de junio de 2009

Validez y Actualidad del Carisma Franciscano


Las primeras palabras del Ministro general a la asamblea de los hermanos, después de su reelección, han sido el manifiesto de su propio camino personal en el servicio a la Orden. Fr. José Rodríguez confiesa que tiene necesidad de que los hermanos le estrechemos con los lazos de la oración, la colaboración y la cercanía. Y así lo pide a toda la Orden representada en los casi doscientos hermanos aquí presentes.
La razón por la que Fr. José acepta el servicio de Ministro de toda la fraternidad es –en sus propias palabras- “porque creo firmemente en la validez y actualidad del carisma franciscano”. El carisma franciscano no es moderno –tiene una juventud de ochocientos años-, pero sí es actual. Lo moderno hace referencia a la edad, la actualidad es el certificado de su valía. Y ésta no depende de los solos proyectos franciscanos, que detrás de ellos como motor y guía se encuentra el Espíritu Santo, verdadero Ministro general de esta fraternidad de los Hermanos Menores. Por eso dice Fr. José que se considera a sí mismo no como un líder, sino como un siervo; no como maestro, sino discípulo; no como espectador, sino testigo. Líder se nace, ministro se aprende, y para ello es necesario estar en permanente actitud de hacer camino.
La experiencia atesorada en los años de servicio a la Orden otorga a Fr. José Rodríguez Carballo un privilegiado conocimiento de la realidad actual de la fraternidad mundial, como quizá ningún otro hermano pueda tener en este momento. Por la parte que a nosotros ha tocado, ésta ha sido razón bastante para su reelección. Su hacer camino como ministro y siervo de esta fraternidad, quiere él sea en una triple actitud: de escucha, de cercanía y de gratitud. Escucha orante de la Palabra, en la que hemos de descubrir las señales que marcan el camino para nuestros tiempos. Escucha atenta y cordial de los hermanos, junto a los que hay que hacer el camino en fraternidad, realidad ésta la más frágil, contaminada por las formas de vida que ofrece y propone una sociedad como la actual. Cercanía para acompañar los procesos personales y fraternos, muchas veces dolorosos porque implican cambios radicales en nuestra vida. Gratitud, puesta la mirada en Dios, que nos ha “regalado” los unos a los otros para que cada uno seamos el signo de su donación incondicional y así lo manifestemos al mundo.
Es posible que el Ministro general, en el trazado de su derrotero personal, haya marcado también el camino de la Orden hacia el futuro.

Fr. Saturnino Vidal Abellán, ofm

13 de junio de 2009






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