martes, 24 de noviembre de 2009

¿Cuanto vale una vida?


Al terminar la celebración de la Eucaristía el pasado domingo, tuve un rato de diálogo con el coro que me había acompañado en la celebración. Eran unos diez entre jóvenes y mayores, pero con ganas de animar la liturgia y la celebración.

Hasta aquí nada fuera de lo normal en estas tierras. La novedad surgió en el diálogo, cuando tras las preguntas de rigor, ¿si estoy a gusto? ¿si me gusta esta tierra?, surge la coletilla que la directora del coro dice: "a pesar de todo lo que pasa". Por que la verdad en esta bendita tierra de Guatemala, la vida no vale nada.

Es más, vale lo que un celular, el lunes sin ir mas lejos murieron 14 personas por la violencia callejera. La semana pasada tras la celebración de una vigilia con los cofrades al regreso a casa a uno de los jóvenes lo mataron, simplemente para quitarle el móvil.

Por eso a esta buena gente, como diría san Francisco, no sólo hay que animarles espiritualmente, sino, y en ocasiones es más difícil, el animarles a que ellos pueden cambiar su país socialmente.

Son de un modo especial los jóvenes los que deben vencer y superar la tentación del dinero fácil que les da la droga o la delincuencia y formarse, un pueblo que se forma, que estudia, es un pueblo que avanza socialmente.

La Iglesia en este sentido lo tiene claro, y fomenta y cuida los espacios educativos, pero sin el apoyo de los estados, es muy difícil conseguir que esto avance.

Me marcho de esta tierra como siempre muy contento de haber pasado unos días en ella. Por haber descubierto que se vive la fe desde la pobreza material, pero desde unos corazones plenos de felicidad. Sobre todo por que me he vuelto a encontrar personas de todas las edades que no sienten vergüenza de ser católicos y de proclamarlo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

AMORES MAYAS


En estos días en los que he tenido la gran fortuna de visitar los restos arqueológicos de la cultura maya en el Tikal, zona del Petén al norte de Guatemala, me han hablado de los amores mayas.
Son cuatro estos amores, el primero es el de llamar al ser sobrenatural el "Creador" es creador porque todo lo que nos rodea desde el cielo, la tierra y el inframundo, el mundo subterráneo, como le dicen es obra de un ser superior cuya gran característica es el de haberlo creado todo. A él por tanto se le debe adoración y gratitud.
Pero hay un segundo amor para la cultura maya, es el amor a uno mismo, no en el sentido egoísta sino en el sentido de aceptarnos tal y como somos, no estar continuamente deseando lo que no somos y posiblemente nunca vayamos a ser, eso supondría en ocasiones perder toda una vida en ir detrás de fantasmas. El hombre debe amarse para sentirse parte de la creación y ser feliz, que es la meta y origen de toda la vida.
El tercer amor maya es el amor a los demás. Todo lo anterior sería egoísmo si sólo nos quedamos en nosotros y como mucho en nuestros diocesillos. La cultura maya al menos en su periodo clásico no es la guerrera que conocemos, invita a aceptar a los demás para vivir la fraternidad universal, únicamente desde la convivencia pacífica con los demás es como podemos sentirnos en paz con la creación y alcanzar un grado de espiritualidad y de comunión entre los hombres.
El cuarto amor maya hace referencia a la aceptación del tiempo que nos toca vivir, se trata de ser felices con lo que tenemos en cada momento con nuestro entorno, con la naturaleza y el espacio vital que el creador nos ha regalado para que seamos capaces de hacerlo fructificar.
Toda vez que uno escucha al abuelo explicarte los amores maya, uno piensa que bien se llevaría con san Francisco, y es que se trate de ser relativista o de decir que todo es lo mismo, no es eso, es únicamente que si alguién llamo a Dios Padre como creador ese fue el santo de Asís, que nos enseñó que solo se puede llegar a amar a Dios si nos aceptamos como somos y desde lo que somos con nuestras limitaciones pero también con nuestras grandezas.
Que es el único camino para entregarnos a los demás y mostrarles que alguien grande los acompaña y lo ha creado para ser testigos de su amor.
Y sobre todo que sólo aceptando lo que nos toca vivir en cada momento es como se puede afrontar la vida y los acontecimientos de la misma con mayor alegría y saber hacerles frente no desde el agotamiento sino desde la esperanza.

martes, 17 de noviembre de 2009

Ya estamos en Guatemala


El lunes con gran dolor del alma dejamos a los hermanos de Costa Rica para ir a La Recolección en Guatemala.
Llegar a esta tierra es incomparable a nada de lo visto hasta ahora, ya me sucedió hace cinco años y me pasa ahora. Aquí la gente es mayoritariamente indígena, se descubre que se respetó más a las personas que en otras partes de latinoamérica, no cabe duda que aquí estuvo Capitanía General y se respetaba algo más las leyes.
Sin embargo también se observa que la pobreza es mucho mayor, solo uno tiene ocasión de recorrer un mercado y ve como el alimento básico es el maíz y la fruta y verdura. Es un pueblo que con la riqueza que tiene esta tierra podría avanzar enormemente, pero en la forma de ser de ellos, se encuentra también el conservadurismo y el vivir el día a día sin pensar mucho en el mañana.
De todas formas, como suele suceder cuando uno no tiene casi nada, es un pueblo muy acogedor y enseguida uno se siente a gusto. Demuestran una gran fe y un deseo de que la compartamos con ellos, quizás también como consecuencia del expansionismo de las sectas que están creciendo de un modo considerable en estas tierras guatemaltecas y en toda Centro América en general.
Como dice el P. Leonardo, estar en Guatemala es siempre un regalo de Dios, y como los buenos regalos sólo cabe disfrutarlo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

La fe en estas tierras


Un fin de semana en la parroquia franciscana de San Antonio en el barrio de Guadalupe en San José de Costa Rica, cuando llegas de Europa es llenarte de la religiosidad y la fe que viven todavía en estos pueblos americanos.

Las celebraciones de la Eucaristía son pausadas con cantos, con moniciones y todo celebrado conforme al ordo de la liturgia, sin extridencias y respetando la celebración. A la hora de la comunión hay seglares preparados y nombrados para ayudar al sacerdote en la administración, os recuerdo que las Iglesias aquí son inmensas y perfectamente puede haber 1000 personas comulgando.

Pero si hay algo que ya me llamó la atención en mi última visita y lo vuelve a hacer ahora es la celebración del sacramento de la penitencia. Sentarte en el confesionario aquí es sentarte para horas, no los 15 minutos que acostumbramos en España. Los fieles se confiesan y son de todas las edades, y en todos ellos se observa la fe que viven, y sobre todo la dificultad que tienen para vivir esa fe en medio de la sociedad reinante.

A pesar de la dificultad, que no difiere mucho de la española, sin embargo son conscientes de que tienen una fe que defender y vivir, saben que el pecar es alejarse de Dios y esa situación les hace llorar, en el sentido estricto de la palabra. Y cuando uno ve llorar a hombres y mujeres por que han fallado en su vida católica, la verdad es que te deja pensando que gaitas estamos haciendo en España con nuestra fe.
Los católicos en estas tierras no son perfectos, pero aquí todavía viven la fe y esa fe necesitan que por parte del clero se vea fortalecida, porque es muy fácil abandonar la fe por los "encantos" de la sociedad consumista, pero además cuando en estas tierras se da el avance de las sectas hace que se sienta mayor la necesidad de acompañar a los fieles en su vida de fe.
Además escuchar al pueblo te ayuda no sólo a conocer su fe sino la realidad del pueblo en el que esta presencia franciscana se encuentra presente.
La foto es de la fachada de San Antonio en San José de Costa Rica.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Los hermanos de la Fundación


Hoy me permito en esta mañana de sábado rendir un pequeño homenaje a los pocos hermanos que permanecen en la Fundación del Santísimo Nombre de Jesús. Son ya pocos y muchos ya avanzados en la edad, pero para los hermanos de la Provincia Franciscana de Cartagena son un referente de la actividad misionera que la misma en sus años de existencia ha llevado a cabo.

Cuando uno llega a estas tierras es el momento para descubrir lo que se ha llevado a cabo no en las grandes ciudades sino en los pequeños pueblos donde no llega nada ni nadie y las gentes viven el día sin pensar en el mañana.

Nuestros hermanos no sólo llevaban la Palabra de Dios y les anunciaban a Cristo, después de horas montados en mulos y por caminos, si es que los había,totalmente desgastados. Cuando llegaban levantaban las Iglesias para poder celebrar la Eucaristía, cuantas de estas iglesias ahora tienen placas en la puerta agradeciendo a los hermanos franciscanos el que estuviesen allí y con ellos y les ayudasen a poder vivir la presencia de Cristo, y los colegios, porque lo más importante para vivir una fe desde la persona es el formar y educar a las personas y esto los hermanos no lo olvidaban.

Algunos de los hermanos que aquí están llevan en estas tierras centroamericanas más de 50 años, toda la vida, por ello cuando te hablan de Nicaragua o del Salvador lo hacen sintiendo la tierra y a las gentes como parte de su propia familia. Casi se emocionan más al hablar de Diriamba que de su huerta murciana.

La enfermedad y los años no pasan en balde y estos hermanos se merecen todo el reconocimiento de la Provincia para ellos, así se sienten y de esta manera nos reciben con un hondo sentido de agradecimiento el que estemos pasando unos días con ellos y les acompañemos en su vida diaria. lo que ellos no saben es que el ejemplo y la compañía nos la dan ellos con su acogida y toda su vida franciscana.

Los hermanos de la fotografía son los de la Comunidad de San Antonio en San José de Costa Rica.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Las pateras de los cafetales


Si en estas tierras hay algo maravilloso que te deja con la boca abierta cuando la visitas no es otra cosa que la naturaleza. Aquí en una tierra volcánica, con un clima maravilloso el ver todo frondoso ciertamente invita a alabar al Creador.


Hoy he visitado un cafetal, y como decía es impresionante como la naturaleza puede dar tanto fruto, y a la vez ser un motivo para contemplar la grandeza y el esfuerzo de un pueblo que sabe aprovechar las condiciones ambientales para superar la pobreza y crecer no sólo económicamente sino también humanamente, por que no cabe duda que Costa Rica, a diferencia de sus países vecinos, ha sabido luchar contra la pobreza desde la formación integral de la persona.


Sin embargo en medio de tanto esplendor y alabanza al Creador no dejan de aparecer las oscuridades de la vida. En estos tiempos en que se inicia la recogida del café aparecen las pateras de estas tierras llenas de Nicaraguenses que abandonan su país llenando autobuses con la esperanza de alcanzar un poco de dinero con el que dar de comer a sus familias. Sin embargo al ser ilegales en la frontera se los para y se les devuelve a su tierra con una esperanza rota.


También estas pateras de cuatro ruedas se pierden en el estrecho, sin ir más lejos el otro día uno de estos autobuses se salió de la carretera y murieron 20 de sus ocupantes, personas anónimas en una tierra extranjera que dejan su vida por una ilusión.


Esta situación debe llevarnos a pensar que la pobreza tiene los mismos rostros en todos los continentes y siempre afecta a los vecinos más necesitados.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Desde Costa Rica

Comienzo lo que me gustaría fuese la crónica de la visita a los hermanos de la Fundación del Santísimo Nombre de Jesús en Centro América, que está realizando el Ministro provincial y que, como a nadie le amarga un dulce me vine con él.
Llegar hasta estas tierras no deja de ser cansado, por que mira que está lejos, pero en un viaje de tantas horas da lugar a poder hablar con las personas que te acompañan en el avión, y conocer un poco más las realidades de las gentes de estos países.
Así me encontré con salvadoreños y hondureños que regresaban de España a pasar unos meses en su tierra, a cada uno le iba de una manera, algunos estaban bien situados en España con trabajo fijo y contentos y otros que regresaban a su tierra cansados de no haber encontrado en España lo que tanto soñaban.
Puede parecer ilusorio pero los que viven en pequeñas ciudades o pueblos son los que se encuentran más integrados y felices, sin embargo los que se quedaron en las grandes ciudades se encuentran vacíos y solos.
Sin embargo, la pobreza es inmensa en estas tierras y eso que Costa Rica es el paraíso al lado de los otros países de Centro América, sin embargo aquí también se descubre que la delincuencia es un mal que se va extendiendo por estas tierras y destrozando lo que siempre fue una tierra acogedora. Las maras, los narcos de los países cercanos, se aprovechan de un estado idílico sin ejercito y con una policía que estaba preparada más que para la delincuencia a gran escala para dirigir el tráfico.
Sin embargo amanecer en estas tierras es una bendición, todavía ves gente amable en las calles cuando he ido a celebrar la Eucaristía y cuando por la ventana de la capilla ves las montañas verdes y la grandeza de la obra de Dios.