lunes, 8 de agosto de 2011

Llega la Jornada Mundial de la Juventud

Se acerca la JMJ y hay algunas cosas que me gustaría reflexionar. La primera se está olvidando que va a haber una movilización de más de medio millón de jóvenes cristianos, y sin embargo se está criticando que es un atentado contra la humildad cristiana. A los que dicen esto les preguntaría si se han pasado por nuestras universidades y han visto a los jóvenes de hoy en día, ni cayéndoles un meteorito en la cabeza son capaces de reaccionar, vivimos una sociedad casi sin futuro laboral, con los valores por los suelos y nadie se moviliza. Viene el Papa hay una movilización masiva y algunos “cristianos” de nombre sólo saben criticar este movimiento.


Sé que sería una pena que la JMJ quedase únicamente en los cuatro días de encuentro con el Papa pero ninguna JMJ se ha quedado en eso, ha sido siempre un aldabonazo en las conciencias jóvenes para vivir la fe en comunidad, sintiéndose parte de la Iglesia y obligados a hacerla suya y sentirla. Acaso se nos olvida que los jóvenes ven a la Iglesia lejana, pues dejémosles que se acerquen y la sientan como su casa.

Otra cuestión a tener en cuenta estos días es la de los “indignados”, y ahora escriben con temor que pueden ser motivo de conflicto con los jóvenes de la JMJ, que deben ser respetuosos y vivir la sana libertad religiosa. A lo mejor debían haberlo pensado antes de calentar el ambiento en contra de lo que es la JMJ, pero una vez que hemos llegado a este punto será un motivo de gozo observar como los jóvenes cristianos saben hacer frente desde el sosiego y la libertad a tonto “indignado” manipulado por el gobierno, o ¿a nadie se le ocurre ver que han estado callados durante meses y o casualidad aparecen justo una semana antes de la llegada del Papa?.

Sin embargo estos indignados no dicen nada de los veinte millones que por no hacer nada y tener la boca callada y evitar que los obreros y parados salgan a la calle el gobierno ha dado a los sindicalistas. Pero que vengan medio millón de personas a una ciudad que sea el centro del mundo con lo que eso supone de ingresos y de trabajo eso sí se critica.

Hace tiempo dije que los “indignados” deberíamos ser los cristianos que ahora levantamos nuestra voz a favor de una sociedad de personas, con valores renovados donde prime la relación de las personas por encima del individualismo, el compartir más que el egoísmo, vamos lo que Jesús y el mensaje de la Iglesia nos enseña.

He decidido que voy a ir a la JMJ, creo que es un momento excepcional el que se va a vivir y los católicos (que nadie olvide que católico significa universalidad, no es exclusión sino unión) debemos estar allí mostrando que vivimos nuestra fe y nos sentimos orgullosos de estar en esta Iglesia que es la de Cristo, tomemos la calle y sin temor y con mucho orgullo proclamemos la fe que se vive en el día a día, en la atención al hermano que lo necesita y en el amor a la Iglesia nuestra Casa común donde se vive la misericordia del Padre.