viernes, 25 de diciembre de 2009

¡¡FELIZ NAVIDAD!!


Querid@s herman@s: ¡Paz y Bien!
La memoria de una Navidad nueva nos invita a ponernos una vez más en camino. Camino que, además de llevarnos a lo esencial de nuestra experiencia de fe y de nuestra espiritualidad, nos lleve también a responder a las exigencias más profundas de nuestra sociedad. Lo nuestro es un constante volver a empezar, o mejor, volver a los orígenes. Porque es ahí donde vuelve a resonar fuerte en nuestros corazones la llamada apremiante a nacer de nuevo, a no domesticar las palabras proféticas del Evangelio para adaptarlas a un estilo de vida cómodo. Sólo así podremos sentir desde dentro, con la fuerza liberadora del Evangelio, nuestro camino fragmentado, desigual, hambriento de sentido, tal como hicieron en su tiempo los fundadores de nuestros carismas. En su seguimiento es como seremos nosotros signos de vida legibles para un mundo sediento de un cielo nuevo y una tierra nueva.
Los personajes y signos de este tiempo litúrgico nos hablan de ponerse en camino, de búsqueda, de escucha de promesas, de estrellas guiadoras, de esperas y esperanzas, de vigías y centinelas, de fronteras y limitaciones, historias y experiencias, ternuras y soledades… como espejos en los que podemos contemplarnos y verificar nuestro estado de madurez. En la navidad Dios cruza la frontera, y se convierte en llamada para un continuo esfuerzo por cruzar fronteras que nos permitirá habitar las fisuras de un mundo fragmentado, caracterizado muchas veces por la discriminación, la exclusión y la violencia, sea física, psíquica o ideológica. Es desde estos desafíos que se ponen ante nosotros desde donde estamos llamados a llevar a cabo una seria revisión de nuestra misión evangelizadora, y a iniciar, con lucidez y audacia, caminos inéditos de presencia y testimonio.
Celebrar de nuevo la Navidad ha de significar una vuelta a lo esencial, a la infancia espiritual, la que hace posible la confianza, el abandono, la sencillez, la inocencia, la esperanza, la alegría, la ternura, la sonrisa… y el futuro, es decir: Dios. Él, que se hace ahora el más pequeño, engrandezca vuestras vidas. ¡Feliz Navidad!

Fr. Saturnino Vidal Abellán, ofm

Presidente de CONFRES-Murcia

lunes, 21 de diciembre de 2009

Motu Proprio "Omnium in Mente"


La semana pasada, el Santo Padre firmaba el Motu Proprio "Omnium in Mente", por el que modificaba varios cánones del Código de Derecho Canónico. Entre los cuales algunos hacían referencia al matrimonio de los que han abandonado la Iglesia por medio de un acto formal.
Estas personas son aquellas que de un modo definitivo han decidido desvincularse de la Iglesia bien entrando a formar parte de alguna secta o grupo en el cual su ideario vaya claramente contra la fe cristiana, como es la masonería. También se incluyen los heréticos y los que perjuran de su fe por medio de un escrito.
Todos ellos hasta ahora eran considerados como personas apartadas de la Iglesia, con lo cual si querían casarse con una persona bautizada necesitaban dispensa del impedimento de disparidad de culto, con la obligación de respetar a la parte católica el mantener y practicar su fe así como permitir que los hijos sean educados en la fe católica.
Ahora con esta modificación todo ello desaparece y se deben casar, al ser bautizados, por el rito católico manteniendo la forma ordinaria. En ningún momento como alguno ha escrito o dicho en la prensa escrita o en la radio, se consideran inválidos los matrimonios mixtos, ni se prohibe que se puedan casar.
Con lo cual se impone el sacramento del bautismo por encima de cualquier actuación, siempre que no esté sancionada por alguna pena canónica.
Si se le puede poner una pega al cambio de los cánones es que se han olvidado del can. 1071 en el que se dice que se requiere licencia para contraer a los que han abandonado la iglesia notoriamente, no se han apartado de ella con una formalidad escrita o pública, pero ni practican ni viven su fe sin embargo no hay una desvinculación real. Éstos ahora mismo para poder contraer válida y lícitamente quedan en una situación más comprometida al requerirse para ellos la licencia del ordinario del lugar, si bien su matrimonio sin dicha licencia sería válido aunque ilícito, Si embargo para quien de un modo real y efectivo abandona la Iglesia no necesitaría esta licencia, al menos en ningún sitio se exige. A alguien se le debería haber ocurrido modificar este número del c. 1071 o bien al menos explicar su contenido extendiendo esta necesidad de solicitar la licencia a todos los que abandonan la Iglesia, sea de la forma que sea.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Nuevo obispo en El Salvador


Quizás la noticia nos pueda parecer un poco lejana, y doy fe de lo lejos que están aquellas tierras. Sin embargo, cuando el obispo nombrado es un franciscano, además de compañero en las actividades del derecho canónico siempre es una alegría.

Esta alegría se ve doblada por que hasta ahora era obispo auxiliar de la querida diócesis de Santa Ana, donde Monseñor Romeo Tovar, a la sazón franciscano y formado en estas tierras de la Provincia franciscana de Cartagena, siempre ha sido muy querido por esta Provincia, y no ha dudado de extender el espíritu franciscano en su diócesis, no sólo a nivel de primera orden sino en la fundación de monasterios de las Hermanas Concepcionistas, y fomentando entre sus sacerdotes el espíritu de san Francisco.

Pero estos apuntes son para felicitar a Fr. José Elías, no sólo por ser nombrado obispo de San Vicente, sino por el buen sabor de boca que ha dejado en la diócesis de Santa Ana, en la que no ha dudado en ejercer su ministerio episcopal estando al lado de aquellos que le han llamado, sobre todo de los jóvenes. Me consta de buenas y cercanas fuentes que era muy querido por los jóvenes con los que ha compartido muchas actividades organizadas por el Equipo Diocesano de Pastoral.

Todo ello le ha llevado a que el mismo clero diocesano pensase en la posibilidad de que fuera él quien sustituyera Monseñor Romeo, pero por lo visto a Monseñor Romeo le queda mucho tiempo y Monseñor Elías iniciará un nuevo periplo pero a buen seguro con el mismo espíritu de Pastor cercano y franciscano. Felicidades a Monseñor Elías y a la diócesis de San Vicente. Y sobre todo a Monseñor Romeo por el buen ojo que está teniendo con sus auxiliares.

domingo, 6 de diciembre de 2009

La Fe del Pueblo Centroamericano

En este mes de noviembre he tenido la gran fortuna de poder visitar nuevamente a los hermanos franciscanos de la Fundación del Santísimo Nombre de Jesús de Guatemala y Costa Rica, pertenecientes jurídicamente a la Provincia Franciscana de Cartagena (España).
Visitar aquellas tierras invita al regresar a hacer un doble análisis tanto religioso como social. A nivel eclesial, siempre llama la atención la fe de unos pueblos que sienten su ser católico como elemento de distinción y motivo de orgullo. Las celebraciones están llenas de participación de los laicos donde sin remilgos participan en los cantos, en las moniciones a las lecturas, sabiendo ocupar su lugar en cada celebración pero haciendo que sea una celebración de toda la comunidad.
Una de las cosas que siempre me han llenado al visitar aquellas tierras es la facilidad y confianza que tienen en la celebración del sacramento de la reconciliación, no tienen problema en acercarse a la confesión, no como un mero rito sino necesitados de la gracia de Dios para poder participar plenamente de la celebración eucarística comunitaria.
Pero como decía también se debe hacer un análisis social, en una tierra rica que sin embargo se ve inundada de pobrezas y delincuencia. Entre Costa Rica y Guatemala, las diferencias en la manera de afrontar esa violencia son palpables.
Se observa que lo que hace a la juventud resistirse a los mundos “fáciles” de la droga y del dinero de la extorsión es la educación. Se echa de menos en Guatemala un sistema educativo fuerte y que llegue a todos los niveles de la sociedad. De nuevo, nos damos cuenta que los gobiernos no llegan a cubrir estas necesidades, y sigue siendo la Iglesia la que, como hizo en un principio, abre los campos educativos para niños, jóvenes y universitarios.
Es increíble que se hable del hambre en Guatemala, cuando esa tierra pueda estar dando continuamente cosechas. Con los programas de desarrollos de cultivo que se llevan a cabo supondría varias cosechas, si bien la alimentación básica requiere un cambio, si no de productos si del modo de plantarlos y de la manufacturación de los mismos.
El progreso de estos pueblos centroamericanos llegará únicamente cuando ellos mismos se crean que son capaces de vivir, no sólo el día a día sino que son capaces de construir el futuro. Es cierto que es otra cultura y otra mentalidad bien distinta a la europea, pero el cambio social vendrá cuando ellos se lo crean, y como siempre tendrán a su lado a los hermanos franciscanos, que están dejando allí su vida, y estarán siempre al lado del pueblo, lo bueno es que ellos lo saben.
(Publicado en Religión Digital el 5 de diciembre de 2009)