lunes, 29 de junio de 2009

Proyecto Hombre. Luchar por la Persona


Proyecto Hombre, desde hace más de 20 años, viene apostando por ofrecer caminos de esperanza a personas que han tenido problemas con las drogas y a sus familias. Es una apuesta que busca no sólo que estas personas dejen de consumir drogas; lo que se busca, principalmente, es un cambio personal profundo que le permita vivir libremente sin tener que recurrir a las drogas en ningún momento.

La apuesta más fuerte que hacemos en nuestro compromiso desde Proyecto Hombre es luchar por la persona.
Estamos convencidos de que todo hombre, por encima de su historia, sus actos, sus errores, sus contradicciones, etc., es un hombre, una mujer, por la que merece la pena luchar; todo hombre, toda mujer, es un ser con la que merece la pena comprometerse. Y esto lo mostramos desde el primer momento en que los chicos entran por la puerta de nuestro centro. Es importante que la persona se sienta acogida, comprendida en su dificultad, respetada en sus miedos, escuchada en sus angustias y preocupaciones y acompañada en sus decisiones y proyectos. Al terminar el largo proceso de recuperación que dura más de un año y medio, le pregunté a los chicos que recibían el alta terapéutica qué era lo que más les había ayudado en todo el programa, uno de ellos me dijo que, de todas las experiencias profundas que había vivido con nosotros, lo que más le había impactado era el abrazo que le dio la terapeuta que lo atendió al terminar la entrevista el primer día que entró en el programa.
Por tanto el lugar específico donde se sitúa Proyecto Hombre no es otro que la persona, pero la persona como protagonista, como sujeto activo y capaz de trasformar su vida que en muchas ocasiones presenta oscura, triste y sin salida, en una vida de esperanza, de luz, de gozo y felicidad.

Junto a la persona como lugar de compromiso, nuestro programa propone el encuentro como el contexto en el que se debe descubrir y desarrollar las capacidades que cada uno. No somos islas, estamos llamados al encuentro, y desde el encuentro, vamos descubriendo nuestro proyecto de vida.
Este encuentro tiene rostros concretos:
- Los terapeutas profesionales que no sólo transmiten conocimientos y técnicas, sino que, sobre todo, ofrecen apoyo y cercanía.
- Los voluntarios que son una escuela de valores intensiva, donde se aprende a vivir desde la gratuidad, el compromiso desinteresado, y rompe el mundo totalmente egoísta e interesado que genera la droga.
- La familia se manifiesta, a lo largo de todo el proceso, como el pilar que siempre ha estado ahí a la espera de que el hijo, la hija, el marido, la esposa, etc. descubriera todo lo que la necesita y el mucho bien que se ha perdido.
- Los compañeros que han vivido experiencias semejantes a las tuyas con las drogas y que están, igual que tú, comprometidos en un proceso de cambiar la vida. Los compañeros son el espejo donde te ves reflejado con más claridad: el ellos puedes percibir todas las realidades que te asustan de ti mismo y, de esa manera poder afrontarlas. Los compañeros son los que te muestran que “es posible”, que lo que tu ansías no es un sueño imposible, sino una realidad por desarrollar.

En este clima de confianza y cordialidad, de encuentro es donde la persona se siente invitada a abrir su vida sin miedo a ser violado/a, sin miedo a que los demás se aprovechen de sus debilidades, sin miedo a perder nada; y es en ese momento en que la persona se abre con confianza, donde se produce el encuentro que libera, que recupera. Es a partir de este momento donde de verdad, de total sinceridad con uno mismo, donde se puede ir dando pasos para curar las heridas del pasado, vendar la llagas, tomar con delicadeza la propia vida e ir reconstruyéndola con cariño.

Proyecto Hombre se ha convertido a lo largo de estos años en una escuela de vida que ha servido de apoyo a muchos jóvenes que por sentirse desolados y desorientados cayeron en el mundo de la droga.
A lo largo de este tiempo ha ofrecido un espacio de salvación para muchas familias que han visto destrozado su universo existencial por que la droga entró por su ventana.
Por último, se ha convertido, para todos los que de una u otra manera hemos compartido este compromiso, en una experiencia enriquecedora y transformadora. Para mí ha sido una oportunidad de conversión, de saber acercarme a todos los hombres y mujeres sin discriminación, sin distinguir entre bueno y malos, merecedores o no merecedores del amor, me ha servido para ser capaz de luchar por la PERSONA, trabajar desde las posibilidades que toda persona tiene, la capacidad amar que todo hombre y mujer posee. Me ha permitido ahondar un poco más en la grandeza que supone comprometerse con el otro como prójimo, de descubrirlo como hermano y, junto a él, poder hacer realidad el gran compromiso cristiano de amar a Dios en el hermano y al hermano en Dios.

Fr. Jesús Hernández Martín, ofm
Presidente Nacional de Proyecto Hombre

2 comentarios:

  1. Me parece una labor magnífica y que debe ser alabada y apoyada. Sabemos que en Proyecto Hombre se rescata a la persona en su integridad, no sólo es una desintoxicación que, por otro lado, de nada serviría si no va acompañada de una metanoia. Ahora bien, mi planteamiento siempre ha sido que las personas enferman por una sociedad enferma, si no curamos a la sociedad de raíz tendremos que estar toda la vida curando personas. Sé que en PH hay una labor precisa y preciosa, pero creo que habría que intentar la modificación de las estructuras sociales enfermas que generan personas enfermas.
    Ánimo y a seguir en la brecha.

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  2. Gracias Bernardo. Estoy totalmente de acuerdo con tus aportaciones. el reto está en que cada uno de nosotros ponga su granito de arena para "curar" la sociedad enferma. Cada uno en el lugar donde Dios le haya llamada. ¡MANOS A LA OBRA!

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