He leído en estos días en el blog de Xabier Pikaza, que el Cardenal Rouco ha iniciado una serie de movimientos para hacerse con el gobierno de la Universidad Pontificia de Salamanca y potenciar su posible Universidad de la Iglesia en Madrid.
Siento discrepar con Xabier Pikaza, la Ponti, como la hemos llamado todos los que hemos estudiado en ella, no necesita que nadie venga a fragmentarla, la desestructuración de la Ponti es algo que viene de muy lejos, quizás desde que el último gran Rector, Juan Luis Acebal, lo fuese de la misma.
La Ponti empezó el declive desde el momento en que los religiosos de las grandes ordenes fueron relegados de las funciones de gobierno y quienes les sucedieron se preocupasen más de sus fines personales que de la Institución. El notable profesorado de las facultades de Teología y Derecho Canónico fue jubilándose o falleciendo y no se preparó con tiempo su renovación, sino que hubo que recurrir a profesores en algunos casos eméritos de otras facultades para reemplazar el profesorado. Con lo que ello supuso de no poder realizarse un traspaso normal y sosegado en el profesorado que más que enriquecer, lo que hizo fue hacer perder el prestigio de la Ponti frente a las facultades eclesiásticas de otras universidades españolas.
Cuando el gran peso de la Universidad lo llevaban los religiosos, las grandes Ordenes, la Ponti funcionaba, no en vano se le dedicaba muchas horas y se cobraba poco, cuando a los religiosos los remplazan los sacerdotes diocesanos y los seglares ésta situación cambia, no se le puede dedicar mucho tiempo cuando no hay un dinero que lo mantenga, éste en España siempre ha sido el gran problema de la investigación y el estudio, y en las universidades privadas se ha notado más al faltar patrocinadores que cubran sus necesidades económicas.
Además, Xabier Pikaza, mejor conocedor de las intimidades de la Ponti, sabe de la lucha por el gobierno que surgió entre las facciones de los llamados de Ávila y Salmantinos. Todo ello ha llevado que el nivel del profesorado no sea ahora el mismo que hace 15 años cuando las facultades de Teología y Derecho Canónico tenían un buen número de alumnos y un mejor profesorado que publicaba, porque no olvidemos que la calidad del profesorado se mide en el grado de publicaciones y presencia en Congresos. Ahora mismo, esta situación apenas se da, la Ponti se mantiene por las carreras civiles, y las eclesiales han perdido todo su empuje tomando el relevo facultades como las de Navarra, las incipientes de Madrid, y Comillas que se mantiene en su línea.
Por todo ello, el Cardenal Rouco no va a cargarse la Ponti, ella misma se ha cavado su propia fosa, y no sólo es responsabilidad de la Universidad sino de los mismos obispos que no la han cuidado, al no mandar alumnos a estudiar y preferir mandarlos a otras universidades, ni permitir que los sacerdotes de sus diócesis, en ella formados e invitados a la docencia, se quedasen para servir a la Universidad, esto ha pasado tanto en la faculta de Teología como de Derecho Canónico.
La Ponti está mal y requiere un cambio, no se si el que se avecina será el que verdaderamente se necesita, pero si la Iglesia en España quiere tener una Universidad fuerte algo habrá que hacer, no se puede mantener una situación como la actual.
Siento discrepar con Xabier Pikaza, la Ponti, como la hemos llamado todos los que hemos estudiado en ella, no necesita que nadie venga a fragmentarla, la desestructuración de la Ponti es algo que viene de muy lejos, quizás desde que el último gran Rector, Juan Luis Acebal, lo fuese de la misma.
La Ponti empezó el declive desde el momento en que los religiosos de las grandes ordenes fueron relegados de las funciones de gobierno y quienes les sucedieron se preocupasen más de sus fines personales que de la Institución. El notable profesorado de las facultades de Teología y Derecho Canónico fue jubilándose o falleciendo y no se preparó con tiempo su renovación, sino que hubo que recurrir a profesores en algunos casos eméritos de otras facultades para reemplazar el profesorado. Con lo que ello supuso de no poder realizarse un traspaso normal y sosegado en el profesorado que más que enriquecer, lo que hizo fue hacer perder el prestigio de la Ponti frente a las facultades eclesiásticas de otras universidades españolas.
Cuando el gran peso de la Universidad lo llevaban los religiosos, las grandes Ordenes, la Ponti funcionaba, no en vano se le dedicaba muchas horas y se cobraba poco, cuando a los religiosos los remplazan los sacerdotes diocesanos y los seglares ésta situación cambia, no se le puede dedicar mucho tiempo cuando no hay un dinero que lo mantenga, éste en España siempre ha sido el gran problema de la investigación y el estudio, y en las universidades privadas se ha notado más al faltar patrocinadores que cubran sus necesidades económicas.
Además, Xabier Pikaza, mejor conocedor de las intimidades de la Ponti, sabe de la lucha por el gobierno que surgió entre las facciones de los llamados de Ávila y Salmantinos. Todo ello ha llevado que el nivel del profesorado no sea ahora el mismo que hace 15 años cuando las facultades de Teología y Derecho Canónico tenían un buen número de alumnos y un mejor profesorado que publicaba, porque no olvidemos que la calidad del profesorado se mide en el grado de publicaciones y presencia en Congresos. Ahora mismo, esta situación apenas se da, la Ponti se mantiene por las carreras civiles, y las eclesiales han perdido todo su empuje tomando el relevo facultades como las de Navarra, las incipientes de Madrid, y Comillas que se mantiene en su línea.
Por todo ello, el Cardenal Rouco no va a cargarse la Ponti, ella misma se ha cavado su propia fosa, y no sólo es responsabilidad de la Universidad sino de los mismos obispos que no la han cuidado, al no mandar alumnos a estudiar y preferir mandarlos a otras universidades, ni permitir que los sacerdotes de sus diócesis, en ella formados e invitados a la docencia, se quedasen para servir a la Universidad, esto ha pasado tanto en la faculta de Teología como de Derecho Canónico.
La Ponti está mal y requiere un cambio, no se si el que se avecina será el que verdaderamente se necesita, pero si la Iglesia en España quiere tener una Universidad fuerte algo habrá que hacer, no se puede mantener una situación como la actual.
Estoy de acuerdo contigo. Creo que la Ponti necesita una buena reforma. Me alegra ver que guardas un gran cariño a nuestro P. Acebal, a pesar de todo. Un abrazo, a y felicidades por tu santo y tu fundador.
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