Estimados amigos, con la ilusión del Resucitado quería
felicitaros la Pascua de Resurrección. Quería encontrar algo nuevo que me
ayudase a hablaros de lo que siento en la Resurrección y fue cuando una amiga
me enseñó esta foto de sus hermanas y en ese momento al verla pensé: “aquí está
la Resurrección”.
Sólo resucitamos si lo hacemos en familia, unidos los unos a
los otros, sintiendo que, únicamente, desde y en la Iglesia es cómo podemos
recibir el gozo de aquel que sufrió hasta el extremo por nosotros pero que
resucitando nos llena de vida y sobre todo de esperanza.
Si me permitís, fijaros en la foto, la hermana mayor con
cariño le da la mano a la pequeña y la guía, es la Iglesia que llena de
confianza y esperanza a los pequeños y se dejan guiar porque ven ternura y
misericordia en aquellos que ya han recorrido muchas veces el camino y están
dispuestos a ayudarnos.
Y la hermana pequeña se deja guiar, se sabe bien acompañada,
protegida, es la tradición de la Iglesia que nos anima a vivir nuestra fe. La
fe de la Iglesia no es individualista, o es comunitaria o no es fe. Cristo no
estuvo solo, siempre sentía la necesidad de acompañar, de enseñar. Además, resucita
mostrándose a sus discípulos, a hombres y mujeres que dudan de todo lo que les
dijo y a los que anima a superar los miedos, a abrir las puertas y ventanas de
las casas y de las iglesias y anunciarlo.
Por eso, caminamos hacia la luz, fijaros en la foto, la luz
del fondo de la calle, la calle no es muy bonita, es gris y sucia - los que
conocemos Murcia sabemos que no es la mejor calle de la ciudad- pero eso no les
impide a las hermanas andar hacia la luz y con su paso iluminar con la alegría
del Amor los lugares por los que van pasando.
Y al final de la calle la luz, la Resurrección. Dios nos
invita a anunciar este momento de gozo enorme a los hombres y mujeres de
nuestro tiempo, abrir vuestros corazones, salir a la calle, dialogar con
aquellos que no creen, con aquellos que las circunstancias o ejemplos de poca
misericordia hizo que se alejasen del Resucitado y de su Iglesia.
Esta es la
gran tarea que tenemos en la Resurrección, sed testigos con vuestra vida y, si hiciera falta,
con palabras (como nos decía san Francisco de Asís), del Amor del
Resucitado.
Amigos Feliz Pascua de Resurrección.
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