No es original el título lo sé, pero desde este pequeño
rincón de la red no puedo permanecer callado ante la tan manida y vociferada
primavera árabe que lo único que está consiguiendo es dejar un reguero de
sangre cristiana en todo el continente africano.
Tras la guerra de Bosnia un hermano franciscano me decía que
lo que más miedo les daba a los bosnios eran los musulmanes venidos de Oriente
Medio, por que mataban a cuchillo y esa era la muerte más horrorosa. Estos días
hemos podido ver en la red, la muerte de un sacerdote franciscano a mano de
musulmanes y desde luego la muerte es espeluznante pero los momentos previos para
el que iba a ser asesinado, rodeado de salvajes que gritan a su alrededor, es
la peor muerte que cualquier ser humano puede vivir.
El Obispo de Bangassou hace unos días escribía un artículo
denunciando que el dinero que fichó a un nuevo futbolista de la liga española
es el que ha pagado la guerra en la República Centroafricana, no cabe duda que
los países musulmanes están financiando las rebeliones, los saqueos y los
asesinatos de cristianos, acaso las explosiones en los templos cristianos de
Nigeria, Kenia, etc. ¿No son financiados por ellos?.
Pero la pregunta es porque los gobiernos occidentales y lo
que es peor los grandes medios de comunicación silencian estas masacres, si no
fuese por las redes sociales apenas conoceríamos que hace un par de días se
violó de manera múltiple y finalmente asesinaron a una joven de 15 años en Siria por el único
pecado de ser cristiana, y las televisiones no hablan de este exterminio que
están llevando sistemáticamente los rebeldes sirios. Solamente las pocas
noticias que llegan desde la Custodia de Tierra Santa nos hacen saber la
dificultad que están viviendo los cristianos en Siria.
En Egipto los cristianos estaban siendo masacrados por el
gobierno y el partido que los sostenía, gobierno destituido por el mismo pueblo
que pedía pan al anterior sistema gobernante y que se sentía engañado por los
que usaron el poder para su propio interés.
Por tanto los que están sufriendo los rigores de una mal llamada
primavera son los cristianos, pues no cambia el sistema de gobierno hacia una
democracia sino hacia la imposición de la religión musulmana y sus leyes
particulares que excluyen a todos aquellos que no pertenecen a ella, e imponen
su conversión al islam como sucede con los emigrantes de origen cristiano que
trabajan en Arabia Saudí.
No hay primavera sino frío invierno, sin que nadie aporte
nada de calor, salvó el de la fe mostrado de un modo activo y con el gozo de dar la vida por Cristo por la presencia de religiosos y religiosas que a
pesar de las dificultades siguen al lado de las familias cristianas y les dan
cobijo en sus conventos y monasterios sin que eso suponga una gran seguridad
pues, como denuncian desde la Custodia de Tierra Santa, tampoco éstos lugares son
respetados.
Pero a los países occidentales se les llena la boca cuando
dicen que la solución a los conflictos es facilitar armamento a los
insurgentes, como si así se estuviese salvando al pueblo, cuando lo que se está
salvando es el comercio de armas, un mercado que necesita salida y que facilita la entrada de dinero a las arcas de los mercaderes y sus amigos poderosos.
Hay persecución de cristianos en el norte y Centro de África,
no hay una instauración de la democracia, porque la democracia es un sistema de
gobierno europeo no africano y se pretende imponer a una cultura que nunca ha
vivido la democracia y de la que algunos se están aprovechando para imponer su
tiranía. Por todo ello, solo cabe una denuncia, no hay primavera sino un riguroso invierno.
Es evidente que existe una relación directa entre democracia y cristianismo. Esto es lo que no se quiere ver desde hace unas décadas. De igual modo no se puede entender Europa obviando sus orígenes consecuencia de la evangelización.
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