En tiempos de crisis, siempre lo más cómodo es buscar algo o alguien a quién echar la culpa, o un entretenimiento hacia donde dirigir las miradas de las personas, de tal modo que no vean la realidad. En eso son artistas nuestros gobernantes, y en esta España nuestra en la que nos declaramos los más laicos del mundo mundial, usar a la Iglesia para entretener al personal siempre ha sido un motivo muy recurrente.
Días atrás nos entretuvieron con la visita del Secretario de Estado, se marchó y ya nadie se acuerda. Esta semana con la cuestión de la muerte de Eluana Englaro, todos opinamos, todos nos hubiera gustado decirle a ese padre y supongo que madre, aunque ella no ha aparecido, que debían hacer, y sin embargo el Señor les ha dejado descansar, pero todos a defender sus posiciones, sin que en verdad se piense mucho en la persona que el Señor se ha llevado consigo tras tanto sufrimiento.
Ayer se hizo pública una sentencia a un sacerdote por abusar de unas menores, prepararse porque todos seremos abusadores a partir de ahora.
Mañana se hablará que ha aumentado el número de contrayentes que marcan la casilla del IRPF, con lo cual la Iglesia es más rica si cabe. Pero nadie dirá que es precisamente esa Iglesia la que está paliando la situación de miseria que se da en nuestra nación, y mucha culpa de estas instituciones sociales las llevan y dirigen los religiosos. Que no lo olvide D. Demetrio obispo de Tarazona, antes de escribir soflamas.
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