PALABRAS PARA VIVIR
Lectio divina de algunos pasajes de los evangelios
Estimados amigos, a estas alturas de tantos libros recomendados, a nadie le va a extrañar mi sensibilidad especial por el Cardenal Martini, por ello una nueva recomendación de una sencilla obra llena de una fe vivida y que desea ser acompañante de la fe de aquellos que están cerca de Dios y les encanta compartir con sus Pastores esa presencia y vida eclesial.
Como nos dice la introducción del libro, toda palabra que llega a nuestros oídos nos aporta siempre un estímulo que favorece nuestro estado de ánimo, ya sea desde la alegría de escuchar a un ser querido o la tristeza de una palabra que nos aleja de alguien con quien compartimos una vida.
Lo mismo nos sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios, ella no nos deja indiferente, nos acompaña en la alegría en el dolor, no es una Palabra que nos deja indiferentes como autómatas que escucha y queda drogado sin capacidad de reacción propia.
La Palabra de Dios nos acompaña de tal manera que debe ser escuchada meditada y contemplada, tres pasos de la lectio divina, modelo que toma Carlo M. Martini para adentrarnos en algunos textos de la Sagrada Escritura que a buen seguro son o nos serán útiles en nuestra vida.
Estos textos evangélicos escogidos por el cardenal Martini nos invita a leerlos, pero no de pasada, este es un libro para dedicarle tiempo, quizás un día a cada texto, no se trata de leer sin más hay que releer, escrutar cada expresión y ello para que esta lectura nos lleve a ver cómo nos influye en nuestra vida en la de nuestra sociedad, como acoger su mensaje y que éste sea luz en nuestra vida, y todo esto nos lleva a nuestra vida personal, como hacer realizada como sentir cada palabra que Dios nos dirige, no ya a la Iglesia y los fieles en general, sino a nosotros en particular que debemos dar una respuesta que mantenemos un diálogo con Dios desde nuestro ser bautizados e hijos de Dios en su Hijo.
El autor no pone los textos al azar sino que los ha distribuido en la obra como una ayuda para nuestro caminar desde nuestra vida de fe, nos ayuda a adentrarnos en el conocimiento del Evangelio como buena nueva que abre nuestros corazones y no nos encarcela sino que nos llena de libertad. Libertad que nos acompaña en todas las vicisitudes del camino incluso en los momentos más oscuros y difíciles donde parece que Dios no está, no lo encontramos.
Cuando lo vemos y lo sentimos en esos momentos de dolor la amistad con él se hace muy grande y nos lleva a no conformarnos con nosotros mismos, nos arriesgamos por Él y lo vivimos con el gozo de sentirnos Iglesia, una Iglesia que debe mostrarse real y viva a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
En definitiva una obra muy recomendable y una lectura cuidada y que nos ayuda a crecer acompañados por un buen pastor en estos días de incertidumbre.
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