miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Y AHORA QUÉ?


Ha pasado ya una semana de la llamada Huelga general y me planteó una pregunta ¿Qué queda de la misma?. Y miro a un lado y otro y no veo nada.
En los días previos  a la huelga y en el mismo día corrió por las redes la foto que acompaña este artículo y me hace plantearme las siguientes cuestiones:
Quienes si no es la Iglesia y entiéndase, párrocos, religiosos, seglares son los que están apoyando a las familias que peor lo están pasando tanto con el tema de los desahucios como a la hora de ayudar a llevar una cesta de comida a las casas, o crear bolsas de trabajo para que puedan acercarse a ella los que no tienen nada, en un momento en que los sindicatos y estamentos del estado no les facilitan dicha ayuda.
La huelga nos debe servir para mostrar el rostro preocupado de la Iglesia en nuestra sociedad, que se vea que los cristianos podemos movilizarnos no desde la manipulación sindical sino desde la doctrina social de la Iglesia que pide a los cristianos la implicación en el voluntariado, en crear en las parroquias, en las comunidades de fe, vías de ayuda para los más afectados por la crisis.
Se ha echado en cara que la Iglesia como Institución ha tardado en dar una respuesta a esta situación, pero quien la necesita cuando desde las diócesis españolas, incluso antes que los políticos hablaran de la crisis, ya se desarrollaba el trabajo incansable de cáritas, cuando el sueldo de muchos obispos, sacerdotes, religiosos eran puestos a disposición de los desempleados renunciando a las pagas de Navidad mucho antes que viniese por decreto; la  disposición de los pisos que no se utilizan en las diócesis y se están alquilando a rentas bajas e incluso cediendo de modo gratuito, los bancos de alimentos, la dedicación y entrega de los religiosos en atender a las familias en crisis no sólo económica sino las que tienen un problema de relación y convivencia en un momento en que las ayudas sociales se han visto sustancialmente recortadas a causa del derroche realizado en años anteriores.
Todo ello con la ayuda inestimable, como no podría ser de otra manera, de los seglares. Hombres y mujeres que desde sus casas dedican su tiempo a ayudar y buscar nuevas vías que posibiliten la solución de muchos problemas. Porque ellos son los que mejor conocen los problemas de la calle y son quienes pueden aportar ideas, favorecer la creación de instituciones ágiles que lleven a la obtención de soluciones. Pero digo más, aunque sólo sea para llevar un kilo de arroz a un banco de alimentos ya merece la pena la movilización de los católicos.
Por ello, ahora más que nunca se necesita la presencia del catolicismo en la vía pública que se continúe realizando la tarea que se hace y lo más importante que se diga quien las hace sin vergüenzas, ni falsas humildades, desde el conocimiento cierto que si se habla de nueva evangelización ésta empieza por hacerse presente el pueblo de Dios en nuestra sociedad preocupado e inmerso en la tarea de construcción del Reino que empieza por ayudar al que lo necesita, de mostrar el rostro preocupado y cercano de Dios Padre.
De ahí que como muy bien dice la foto si Cáritas se cierra, si la Iglesia se cierra, es muy posible que nadie aporte nada al que lo necesita y mucho menos quienes sólo piensan en ellos mismos y en no perder sus beneficios y subvenciones, que es para lo único que necesitan al trabajador y no para ayudarle a encontrar un trabajo digno.
 


1 comentario:

  1. Mi querido Miguel Ángel: Creo que compartimos muchas cosas pero la principal, que es la necesidad o no de la huelga general, no la compartimos. Yo sí creo que la huelga general era necesaria. Esa y cuantas vengan después. Y no solo esa, sino cualquier otra medida de presión, porque, dada la trayectoria política de este primer año de gobierno del PP, que ha arrasado con la poca política social que quedaba, en detrimento, como siempre, de los que más lo necesitan, será necesario estar en la calle frecuentemente, para protestar por todas esas medidas injustas, fruto de políticas antisociales. No nos queda más derecho que la protesta. Pacífica, por supuesto.
    Por otra parte, no creo que se cuestione la postura de la parte de iglesia que está trabajando en instituciones como Cáritas, cuya labor es más que encomiable, ni creo que nadie cuestione la presencia de cristianos en las labores de ayuda junto a las víctimas del sistema. Ellos son el rostro de Dios.
    Creo que no se debe jugar con la demagogia, que es lo que pretende la fotografía del inicio de tu post. Cáritas no cierra ni en domingo, porque los voluntarios/as que prestan sus servicios en ella no tienen horario laboral, sino social, de entrega y servicio. Y permíteme también decirte que, si bien hay muchas personas que ayudan desde sus casas, algunas por dificultades físicas para salir, la ayuda más eficaz es a pie de calle, con los necesitados.

    Un fraternal abrazo.

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